El
Bloque Nacionalista Galego presenta la primera
propuesta para un nuevo Estatuto de Autonomía de Galicia:
Quintana pronunció el discurso de apertura del Consejo Nacional del BNG, integrado por unos 100 miembros, que esta mañana debate su propuesta de «texto completo, articulado y exhaustivo» del nuevo Estatuto gallego, con 105 artículos, y dijo que este proyecto representa el «espíritu de la concordia y la cooperación» y «no es un texto cerrado que el nacionalismo quiera imponer a toda costa y a cualquier precio».
Por ello, asumió el «compromiso formal y solemne» de que «el nacionalismo y el BNG no impulsarán nunca un Estatuto con la exclusión de alguna fuerza política», pero a cambio pidió al resto de partidos «el mismo compromiso de no impulsar nunca una reforma con el voto en contra del BNG».
Quintana argumentó que este texto está inscrito «dentro del marco constitucional», explicó que entiende la relación entre Galicia y el Estado como una «relación entre iguales» basada en la cooperación y la corresponsabilidad, y defendió que para el BNG es «irrenunciable» que el nuevo Estatuto salga adelante de la mejor forma posible, que es la gallega.
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El preámbulo del texto elaborado por el BNG reconoce la existencia de Galicia como una Nación basada en «un hecho histórico, lingüístico, cultural, socioeconómico y político de amplia singularidad» y el artículo 1 establece que «la Nación gallega constituye una comunidad política, democrática, social y de derecho».
También en el preámbulo se recoge «el derecho a nuestro autogobierno, a dotarnos de una estructura política propia y a definir su articulación institucional y administrativa acorde con nuestra condición nacional, así como la configuración del nivel de independencia o dependencia respecto de otras instancias».
Asimismo, el precepto 56.3 establece que «el Tribunal Superior de Justicia de Galicia culminará la organización judicial en Galicia»; y el 75.1 dice que «el Gobierno de Galicia creará, bajo el nombre de Delegación General de Galicia, una oficina de representación institucional de Galicia en los países donde considere conveniente».
Con respecto a las Disposiciones del texto, la Transitoria Primera contempla la posibilidad de que «podrán incorporarse a Galicia los ayuntamientos limítrofes de características históricas, culturales, económicas y geográficas análogas, mediante procedimientos democráticos que serán regulados por ley».
Galicia no iba a ser menos y también va a "redefinirse" mediante un nuevo Estatuto de Autonomía. Otra vez los políticos van a dedicar su tiempo a debatir lo que a ellos les interesa y no lo que le preocupa a la ciudadanía que les paga por su tiempo, y a las encuestas me remito.
Según
Anxo Quintana la propuesta del Bloque es constitucional, incluso cuando define a Galicia como nación. Supongo habrán tenido que convencer a su portavoz en el Congreso,
Francisco Rodríguez, quien no hace mucho
opinaba justo lo contrario. Repito que este debate me parece aburrido, estéril y un poco infantil, así que voy a
ceder la palabra a alguien neutral:
"Algunas [CCAA] tienen lenguas y características propias. Puede que sí. Pero esto no las convierte en países o naciones, tal y como estos términos son usados universalmente". Por supuesto, el sentimiento que albergue cada uno en su corazón es harina de otro costal.
Lo que más me ha llamado la atención es ese fragmento que destaco en negrita. Lo que dice el vicepresidente de la Xunta tiene mucho sentido. No se puede hacer un nuevo Estatuto sin contar con una parte tan importante de la población como la que representa el BNG. Pero ese mensaje no es sincero. Si lo fuera el Bloque no habría defendido el
Estatut catalán, pergeñado a espaldas del PP, y hubiera condenado el
Pacto del Tinell que impide expresamente acuerdos con los populares y no se hubiera sumado al corifeo sobre el supuesto aislamiento del PP.
Quintana ha querido hacerse un seguro de no exclusión. Sabe que el único partido matemáticamente prescindible para la aprobación del Estatuto es el suyo. Pero esta postura se da de bruces con su actitud en un pasado reciente. Anxo, amigo, eso es hipocresía.
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