Seguidismo ciego
Si su columna en El Correo Gallego tuviera enlace permanente, Carlos Luis Rodríguez estaría ahí a la derecha entre Manuel Molares y José de Cora. El artículo de ayer versaba sobre las diferentes posturas que los socios del ejecutivo gallego han adoptado sobre la propuesta de financiación que viene de Cataluña:
No hay autonomismo en la propuesta financiera del Estatuto catalán, sino la pura y simple plasmación del deseo de contar con privilegios territoriales.
Bastaría con un par de ejemplos para desmontar la falacia que se remite desde Barcelona. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, identificar el europeísmo con el rechazo a los fondos de cohesión;
(...)
Pasa lo mismo si bajamos a un plano individual. ¿Alguien entendería que se dijera que para ser progresista hay que defender un sistema fiscal en el que cada sujeto se quede con todo, y decida después lo que dona en concepto de solidaridad?
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Touriño no cayó en la trampa, como tampoco lo hizo hace más de setenta años un diputado que no era socialista sino galleguista. Castelao amaba a Cataluña, pero el suyo no era ese amor de perdiçao que narraba Castelo Branco, sino un cariño que no le impedía analizar las cosas con sentido común. Sus colegas catalanes llevaron a las Cortes republicanas un proyecto insolidario, y el rianxeiro lo denunció.
En su caso, ser galleguista no lo obligaba a ser un satélite del catalanismo.
(...)
Este episodio de Castelao estaba a disposición de todos, pero son precisamente sus más directos sucesores quienes lo han olvidado. Es un misterio. Por razones nunca explicadas, la doctrina oficial del BNG en materia de financiación consiste en no alejarse de lo que se diga en Barcelona o en Vitoria, y diferenciarse lo más posible de las posturas castellanas, asturianas o canarias.
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